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No hay nada como comprar un sofá nuevo para que tu salón cambie por completo y empieces a disfrutar aún más de esos ratitos de tiempo libre, de las reuniones en familia o las quedadas en casa con los amigos. Pero, con un uso tan intensivo, ¿cómo mantener un sofá intacto durante el mayor tiempo posible?
En este artículo de Molimobel te contamos todo lo que debes saber para mantener tu sofá como el primer día (incluso si tienes niños pequeños o mascotas).
El sofá es uno de los muebles que más uso soporta en casa. Se sienta la familia, los invitados, las mascotas… y además está expuesto al polvo, la luz y al desgaste natural. Por eso es tan importante saber cómo mantener el sofa, introduciendo rutinas de limpieza y mantenimiento para preservar sus tapicerías, su forma original y su comodidad.
Lo más importante si quieres prolongar la vida útil del sofá es la limpieza. Y lo mejor de todo es que no tienes que dedicarle muchas horas ni darte el gran atracón de limpieza los fines de semana, pero sí necesitarás constancia.
Lo ideal es aspirarlo cada semana para evitar que el polvo y las partículas se acumulen, algo especialmente recomendable en sofás de tejidos naturales o tapicerías con textura.
Si tu sofá es desenfundable, lava las fundas siguiendo las instrucciones del fabricante para evitar que encojan o pierdan color. En modelos de sofás no desenfundables, un paño ligeramente humedecido con agua y jabón neutro será más que suficiente para limpiar manchas superficiales sin dañar el tejido.
Cuidar la estructura del sofá es igual de importante que su limpieza. Ya que los cojines y respaldos pueden deformarse con el tiempo, sobre todo en sofás de espuma de alta densidad. Así que es recomendable sacucirlos y redistribuir el relleno al menos una vez al mes. Con esto evitarás hundimientos y conservarás la ergonomía original.
En sofás modulares, también es buena idea cambiar la posición de los módulos de vez en cuando para equilibrar el uso y evitar desgaste desigual.
Cada tipo de tapizado necesita unos cuidados distintos. Los sofás de terciopelo moderno, por ejemplo, agradecen un cepillado suave para mantener el pelo uniforme. Los sofás de piel requieren hidratación con productos específicos para que no se agrieten.
Si tu sofá es de lino o algodón, utiliza limpiezas suaves, evitando productos abrasivos. Los tejidos bouclé, tan tendencia este año, mantienen mejor su aspecto si los aspiras con una boquilla de cerdas blandas para no dañar la textura.
Aunque nadie quiere obsesionarse, hay pequeños hábitos que marcan la diferencia si quieres aprender cómo mantener un sofá.
Estas rutinas son especialmente útiles en hogares con niños o mascotas, donde el sofá suele recibir más actividad de la habitual.
Airear las tapicerías ayuda a mantener un ambiente agradable. Basta con abrir las ventanas durante unos minutos o, si el sofá es desenfundable, lavar las fundas periódicamente. También existen sprays neutralizadores de olores diseñados específicamente para textiles del hogar, que refrescan sin dañar la tapicería.
Cuidar tu sofá no tiene por qué ser complicado. Con pequeños gestos como estos, una buena limpieza y algo de prevención, podrás disfrutar de tu mueble favorito durante muchos años sin perder estilo ni comodidad. Y si estás pensando en actualizar tu salón, comprar un sofá nuevo, o necesitas asesoramiento sobre materiales y tapicerías, te esperamos en Molimobel, tu tienda de muebles en Granada especializada en sofás de calidad. ¡Aunque también puedes echar un vistazo a nuestro amplio catálogo de sofás online y disfrutar cómodamente de tu nueva adquisición!
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