Despertarse en un dormitorio decorado por completo a nuestro gusto es esencial para levantarse con buen pie, motivado y tener un gran día.
Por eso, si llevas un tiempo pensando en cambiar los muebles de la habitación o darle un aire totalmente renovado… ¡Atención a este post, porque os traemos algunas ideas que os encantarán!
Blanco, el color que no pasa de moda
Si tus muebles están anticuados o notas la habitación demasiado recargada, ¿qué te parece apostar por el blanco y darle un aspecto nuevo?
El blanco tiene el poder de agrandar visualmente los espacios, además de llenarlos de luz. Además, es un color que transmite serenidad y relax, por lo que es perfecto para la habitación del descanso.
Si quieres potenciar todas estas cualidad, puedes optar por un ‘total look’ de este color: Combinando en el mismo tono muebles y textiles como el edredón y los cojines. Si quieres darle un toque de color, escoge uno o dos tonos más y utilízalos en los cojines, cuadros u otros objetos de decoración.
Juega con los colores
Cambiar la imagen del dormitorio puede ser mucho más sencillo de lo que tenemos. En esta segunda idea te sugerimos que te pringues las manos de pintura y apuestes por cambiar el color de tus muebles viejos o darles un nuevo toque a las paredes.
Puedes pintar todas las paredes o simplemente una de ellas de un color más llamativo que capte toda la atención.
Con cambiar los colores nos referimos también a los textiles. Renueva cortinas, ropa de cama y cojines y no temas en añadir texturas y estampados.
Aprovecha el espacio al máximo
Si siempre has soñado con un vestidor o un tocador, seguro que puedes sacar un hueco mal aprovechado para colocarlo. Por ejemplo, puedes cambiar una mesita de noche por una mesa estrecha, una silla, y aprovechar las paredes para colocar organizadores a modo de tocador.
También podemos vestir una pared con perchas y estantes y formar un pequeño vestidor muy útil y resultón.
Si tienes una ventana, no dudes en aprovechar el espacio inferior colocando una cómoda o una estantería repleta de todo aquello que queramos dejar a la vista (perfumes, nuestras revistas favoritas, busutería…)
Un toque campestre
Si te encanta la sensación de estar perdida en una cabaña en mitad del campo, conseguirlo es realmente sencillo añadiendo un toque de madera. Viste el suelo o las paredes con tablones de madera o coloca vigas falsas de madera en el techo. Si la madera no es lo tuyo, la piedra también queda ideal para conseguir esta imagen rural. Y si además puedes contar con una mini-chimenea, mejor que mejor.
Apuesta por colocar elementos decorativos en tonos verdes, láminas con motivos naturales o paisajes y algunas plantas para que la sensación de estar en plena montaña sea aún mayor.
Paredes originales
Si las paredes de tu dormitorio te aburren, ¿has pensado en colocar un papel pintado? Los hay para todos los gustos y es una manera rápida y fácil de cambiar por completo una habitación.
Si te encanta el estilo vintage, las paredes de flores dan un toque muy especial y alegre que puede ser justo lo que busques.
Pero si esto te parece demasiado drástico, puedes vestir una pared con combinaciones de fotos en diferentes tamaños, guirnaldas de recuerdos o cuadros y marcos de un mismo estilo pero de diferentes dimensiones.
A esta pared que quieres cambiar también puedes añadir diferentes espejos, perchas para sombreros o diversos estantes para decorar y ordenar todo aquello que tienes guardado y que te gustaría que estuviese siempre a la vista.
Si os han gustado estas ideas os animamos a visitar la colección dormitorios. ¡Esperamos que os gusten!